La mortalidad infantil o mortalidad antes del año de edad, es considerado un indicador útil para evaluar no solo las condiciones de salud en la infancia, sino también de toda la población, así como las condiciones socioeconómicas en las que viven; evalúa, además, la disponibilidad, utilización y efectividad de la atención de la salud, particularmente la atención perinatal. Ha sido ampliamente analizado que un aumento del gasto sanitario público contribuye a disminuir la mortalidad infantil.
República Dominicana considerado un país de ingreso mediano presenta una tasa elevada de mortalidad infantil. Según UNICEF en su publicación Estado mundial de la infancia 2017, para el 2016, la tasa de mortalidad infantil fue de 26 fallecidos por cada 1,000 nacidos vivos, siendo el promedio en la Región de Las Américas de 15 fallecidos por cada 1,000 nacidos vivos. La mortalidad neonatal o mortalidad antes de los 28 días de vida explica la mayor parte de las defunciones infantiles en el país, alrededor de un 80% de las mismas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenibles plantean la meta para el año 2030, de reducir la mortalidad neonatal al menos a 12 por cada 1,000 nacidos vivos. Actualmente, el país reporta una tasa de mortalidad neonatal de 21 fallecidos por cada 1,000 nacidos vivos, siendo el promedio de la Región de 9 fallecidos por cada 1,000 nacidos vivos. En este grupo prevalecen factores vinculados principalmente con afecciones originadas en el período perinatal y condiciones congénitas; el 11% de los niños en el país nacen con bajo peso, o sea con menos de 2,500 gramos.
Por otro lado, el país muestra buenos indicadores relacionados con la atención de la embarazada, en cuanto al número de consultas prenatales y partos realizados en instituciones de salud; pero aún mantiene elevada la tasa de mortalidad materna, un alto porcentaje de cesáreas, elevadas tasas de fecundidad y de partos en adolescentes.
A pesar del crecimiento económico logrado en la última década, la desigualdad a nivel nacional sigue siendo un reto; un ejemplo lo representa la tasa de densidad de recursos humanos en salud de 25 por cada 10,000 habitantes siendo la distribución geográfica del personal de salud muy desigual entre las provincias del país, rango de 8.2 – 50.5. Aumentar el gasto público en salud hasta el nivel de referencia del 6% del PIB, contribuirá a disminuir las desigualdad y alcanzar la meta planteada por los Objetivos de Desarrollo Sostenibles.
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