Los científicos sociales en Brasil exigen la creación de un nuevo comité de ética para supervisar el tratamiento de las personas estudiadas por los investigadores.
El organismo de control especializado desarrollaría un código de ética para las ciencias sociales que involucren a seres humanos, y actuaría como una organización de referencia para hacer frente a la mala conducta científica.
Las propuestas fueron publicadas el mes pasado por un grupo de trabajo creado en 2013 por el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) de Brasil para examinar las opciones de regular la ética en la ciencia social. Este consejo es supervisado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
“Queremos crear reglamentos específicos para las áreas de las humanidades, sociales y ciencias sociales aplicadas, donde los investigadores trabajan con, pero no en, los seres humanos”.
Carmen Rial
Carmen Rial, expresidente de la Asociación Brasileña de Antropología y quien coordinó el grupo de trabajo, dice que el Ministerio de Ciencia debería supervisar dicho comité de ética.
Rial reconoce que Brasil ya cuenta con una Comisión Nacional de Ética en la Investigación (CONEP), creada en 1996 y responsable de examinar los aspectos éticos de la investigación que involucra a seres humanos. Pero, dice, este comité no se adapta a las necesidades específicas de los científicos sociales.
El cuerpo de ética existente, CONEP, forma parte del Ministerio de Salud de Brasil, y regula los ensayos clínicos y otras investigaciones biomédicas. Mientras que los científicos sociales e investigadores de las humanidades están de acuerdo con el enfoque ético general de la organización, sienten que los procedimientos y criterios establecidos para la investigación biomédica no coinciden con las necesidades de sus campos.
La ética en ciencias sociales no puede guiarse por las mismas normas que se aplican a la investigación en las ciencias de la vida o en las ciencias físicas, dice Rial. “Queremos crear reglamentos específicos para las áreas de humanidades, sociales y ciencias sociales aplicadas, donde los investigadores trabajan con, pero no en, los seres humanos”, dice a SciDev.Net.
La propuesta ahora recae en el liderazgo del CNPq, pero hasta ahora ninguna respuesta ha sido publicada.
Se trata de una propuesta que sigue una tendencia general de los investigadores en ciencias sociales y humanas de Brasil para ganar más reconocimiento del gobierno. El grupo espera que si las ciencias sociales cuentan con su propio comité de ética, los investigadores de campo ganarían más autonomía para hacer frente a los desafíos particulares que los científicos sociales enfrentan al realizar su trabajo, tales como la obtención del consentimiento, la observación discreta y evitar influir en los sujetos de estudio en investigaciones de campo.
Como parte de la propuesta, el nuevo comité de ética se movería desde el Ministerio de Salud al de Ciencia. “La transferencia es una cosa necesaria y urgente”, dice Ricardo Musse, sociólogo de la Universidad de Sao Paulo.
Musse dice que el comité podría ayudar a los científicos sociales a desarrollar propuestas de políticas de investigación más allá de las normas éticas, que incluyan la educación, el financiamiento, la publicación y la colaboración internacional. Dice que estos puntos se han descuidado hasta ahora, y que el grupo de trabajo del CNPq está tratando de llenar este vacío.
La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net
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